Si estás notando que durante los últimos meses/años, las cosas han cambiado en tu entorno de trabajo, y no es por la pandemia. Ya no es como antes, notas que te cuesta invertir más horas de las establecidas, de hecho, ya no piensas en el término invertir, ahora piensas más en perder horas en este trabajo. Antes pensabas que el trabajo era una parte muy importante en tu vida, una forma de palpar y reconocer tu valor y aportar a los demás. Sin embargo, ahora no te sientes cómodo, ni a gusto y empieza a notarse en tu entorno personal.
Hay veces en que la apatía, la poca productividad o la falta de sintonía con otros compañeros o con los jefes evidencian que el puesto de trabajo no está hecho para ti. Puede ser que tu desarrollo se haya encaminado por otras vías y que tu organización no lo haya hecho, y, aunque lo hayas intentado expandir las responsabilidades o abarcar otras áreas, tu puesto no da cabida a tu potencial. Prolongar una situación así, en los que falta motivación e ilusión, acabará afectando a nuestra salud mental.
El trabajo es un aspecto muy importante a lo largo de nuestra vida ya que invertimos buena parte de las horas de nuestros días en ello. Sentirse bien, motivado, realizado y reconocido es necesario para nuestro bienestar personal.
Pero muchas veces tendemos a no querer ver esa realidad, lo ocultamos o lo enmascaramos, no confrontamos la realidad que está ocurriendo ante nosotros.
No actúas, te bloqueas, piensas que no es el momento, que tampoco estás tan mal. Hasta que llega el momento: te han despedido. ¿Observas algunas de estas 6 situaciones? Si observas, aunque sólo sean 4, mi consejo, ponte manos a la obra, empieza a realizar un ejercicio de reflexión, tus valores, el sentido que tiene para ti el trabajo, las motivaciones, lo que sabes y te gusta hacer y que organizaciones necesitan precisamente eso. No te pares o decidirán por ti, y eso, te aseguro que DUELE MUCHO MÁS.
Los 5 situaciones que te avisan que debes cambiar de trabajo, o alguien decidirá por ti.
1.-Falta de motivación.
Al hacer tu trabajo, ya sea en teletrabajo, presencial o el habitual formato híbrido. Cuando no tienes ganas ni sientes ilusión por lo que estás haciendo, es cuando debes empezarte a plantear si ese trabajo es AHORA PARA TI. Quizás lo fue en su momento, pero todo cambia, evoluciona y se transforma, como decía Heráclito y no siempre hay un paralelismo entre la persona y la organización en la que trabajas. Si a eso se le añades el estrés, o bien aburrimiento y una productividad escasa, difícilmente te sentirás satisfecho y orgulloso de tu trabajo, y eso se percibirá en tu entorno. Ese famoso engagement que toda organización lucha por afianzar, empezará a tambalearse y dejará al descubierto tu falta de motivación por mucho que intentes disimular.
2.-No te sientes integrado ni valorado.
Tienes la percepción de que no valoran lo suficiente lo que haces para la organización, tu relación con el entorno de compañeros se ha deteriorado y no entiendes por qué. La relación con tus superiores ya no es fluida como antes, percibes tensión e incomodidad y sobre todo la falta de confianza hacia tu trabajo. Te cuestionan porque ahora haces las cosas de esta forma, cuando siempre lo habías hecho así. Te sientes cada vez más irritado e incómodo.
3.-Te sientes colapsado y estancado, mentalmente ya no puedes más.
Tienes la sensación de que no estás aprendiendo nada, no estas avanzando, al contrario, notas que tienes fecha de caducidad estas empezando a percibir tu propia obsolescencia. Hablas con colegas de otras entidades y percibes una diferencia entre los nuevos modelos, procedimientos que están adaptando, y sientes que tu organización no se sube al carro de la innovación.
4- Tus relaciones familiares y tus amigos están percibiendo que algo anda mal.
Estás ofuscado, triste, apagado. Ya no hablas de los proyectos o las tareas que haces con ellos. Intentas evitar las conversaciones relacionadas con el trabajo. Si no eres capaz de hablar de tu empleo con ellos, eso no puede ser bueno. O al revés, si hablas de ello para descargar rabia e impotencia acumulada, también se evidencia que tu actual puesto de trabajo no parece que esté hecho para ti.
Para ser feliz y que tus seres más queridos también lo sean es importante sentirse bien en el trabajo. Habitualmente, si no estás cómodo en tu espacio laboral, eso incide en tu vida personal y esa apatía e ira también se plasma en la relación con los hijos, la pareja y los amigos.
Este desgaste en tu conexión con las personas que más te importan, es un precio demasiado alto. Siempre que puedas, es fundamental deshacerse de toda esta negatividad, ansiedad y desequilibrio.
5.-No te sientes identificado ni representado por la filosofía o los valores de la empresa.
Has dejado de hablar desde el “nosotros”, ahora cuando te refieres a la empresa, hablas de ellos y de ti, como dos mundos a parte que no tienen relación. Las decisiones que se toman ya no tienen sentido para ti, al contrario, piensas que se deberían tomar otro tipo de acciones o cambiar la forma de hacer las cosas.